La caligrafía china
- Ars Sonorus
- 23 jul 2022
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Actualizado: 22 ene
China es la única civilización que subsiste sin interrupción hace 5000 años, la evolución de este país tiene una coherencia interna, una continuidad en la manera de ver el mundo y una profunda unidad filosófica basada en la sincronicidad, la armonía y la dialéctica que se manifiesta una y otra vez bajo las formas cambiantes de los regímenes económicos y políticos.
En China, una vez consolidada su estructura estatal con una paz obtenida del sometimiento de los pueblos vecinos, vivió un florecimiento artístico que le permitió ejercer gran influencia en las artes. La inmensa China indudablemente ha ejercido por antigüedad y por excepcionalidad, un influjo capaz de marcar de manera determinante su incidencia cultural y artística fundamentalmente en su cerámica, su pintura y su caligrafía.
La pintura y la caligrafía China son objeto de verdadera mística, el misterio del universo se revela por excelencia en su arte pictórico y caligráfico. La pintura y la caligrafía por el espacio originario que encarnan parecen más idóneas, no tanto por describir los espectáculos de la creación, sino por participar en los gestos mismos de la creación. Independientemente de la corriente religiosa, de tradición ante todo Budista, estas artes en sí mismas eran consideradas sagradas.
La belleza de la caligrafía china se aprecia en su historia que se remonta a 3000 años, desarrollando así diversos estilos. La forma más antigua de escribir los caracteres chinos era en huesos de bueyes o caparazones de tortugas del periodo Shang de los años 1766 a 1122 a.C., con el fin de expresar sus cultos religiosos y el oráculo; le siguieron los vasos de bronce del período Zhou de 1134 –a 250 a.C., posteriormente tablillas de bambú anudadas y papel (también invento chino que data aproximadamente del siglo I d. C.) usando pluma de bambú y hollín negro como tinta. Actualmente se escribe con pincel sobre papel de arroz, seda o con agua sobre pizarras grises significando una interesante práctica poética de caligrafía efímera.
El chino es una lengua hecha para la caligrafía, induce, es un trazado inspirado con absoluta ligereza. La caligrafía china perfecciona la poesía, es la expresión que hace al poema válido que avala al poeta. Por ello el calígrafo tiene cuatro tesoros de estudio: el pincel, el papel, la tinta y la piedra tintero. El calígrafo tiene una gama amplia de posibilidades en su quehacer, puede expresar lo que siente o cambiar la posición de los caracteres para transformar su significado.
una continuidad en la manera de ver el mundo y una profunda unidad filosófica basada en la sincronicidad, la armonía y la dialéctica
Los caracteres chinos están basados en una escritura ideográfica (signos que representan una idea) no dependen de la palabra hablada y puede ser leída sin conocer la lengua hablada, es la escritura menos ambigua y la más simple de comunicar. Los caracteres pueden ser sencillos o complejos, independientemente de que contengan muchos o pocos trazos, están separados unos de otros y ocupan un espacio igual en la página. La belleza de los caracteres chinos muestra la energía interior del calígrafo, el “Qi” o energía vital, que fluye a través del movimiento del pincel, el gesto de la mano, la forma del trazo y la tinta, desde el espíritu del Universo hacia cada trazo; la solidez de la pincelada depende de la fuerza, que se avisa con energía <la línea tiene su espíritu> las cualidades que persigue el calígrafo son: fuerza contra debilidad, ligereza, firmeza contra capricho y refinamiento contra vulgaridad.
En la historia de la caligrafía china existen cuatro estilos básicos de escritura: La escritura de sellos; el arcaico xiao chuan, establecido durante la dinastía Qing de los años 221-206 a. C, este tipo de escritura es meticulosa y laboriosa. La escritura de sello es la forma arcaica fue hallada en los huesos de los oráculos. Tenemos también El estilo regular: El kai shu es una combinación formal y expresiva, constituye la base de la caligrafía estándar actual. Está El estilo cursivo: Cao shu («hierba»), en el que los trazos se unen con frecuencia en un continuo fluir, se desarrolló como una alternativa rápida y sencilla a la escritura más formal, más que ningún otro, este estilo extravagante es una forma de expresión individual. Y por último el estilo de los escribas, cuadrado llamado li shu, con sus trazos claros se impuso durante la dinastía Han y era el utilizado en los textos oficiales. Muchas de las inscripciones en estelas de los antiguos clásicos chinos están hechas con este estilo.
Emperadores, poetas y eruditos han dejado a lo largo de los siglos ejemplos de su caligrafía, tallada en piedra en bellos lugares, como en montañas y grutas, tumbas y templos de toda China. Se pueden observar algunos ejemplos tempranos en las Grutas de Longmen. Durante el apogeo de la dinastía Tang, la caligrafía estaba tan considerada que era uno de los criterios a tomar en cuenta en la selección de funcionarios importantes.
Los chinos siempre han dado una gran importancia a la escritura y a la pintura no sólo porque es el medio más eficaz de preservar y difundir la cultura, sino también porque es un claro signo de la inteligencia o el nivel social de una persona. Los caracteres chinos de la palabra «caligrafía» (shufa) derivan del carácter de «libro» (shu). De ahí que el dominio de la caligrafía vaya siempre ligado al conocimiento, e históricamente haya sido un requisito imprescindible para optar al puesto de funcionario imperial y con frecuencia formaba parte de las pruebas de oposiciones para la corte.
El uso de pinceles para escribir se remonta a la dinastía Shang (siglos xvi-Xl a.C). Durante la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.) aparecieron los grandes maestros de la caligrafía y entonces se pensaba que el carácter y la personalidad del artista quedaban reflejados en su pincelada y sus formas. La importancia de la caligrafía y su influencia en la pintura china fueron tan importantes que en la dinastía Yuan (1279-1368) las inscripciones caligráficas -a menudo en forma de poemas - fueron incorporadas como parte del conjunto pictórico.
Aunque los artistas chinos ya pintaban y escribían sobre seda en el año 400 a. C., el uso del papel para estos fines es muy posterior, alrededor del año 300 d.C. La excelencia estética de una pieza de caligrafía se determina por la pincelada, que por otro lado se juzga considerando varias cualidades abstractas, entre las que se incluyen el equilibrio, la vitalidad, la fuerza y la textura. Mucho más que simple tinta sobre papel, los buenos caracteres de caligrafía deben parecer vivos, orgánicos. Las pinceladas deben aplicarse con habilidad, delicadeza, firmeza v rapidez. Por supuesto, ningún trabajo artístico - y esto incluye a la caligrafía - estará completo sin el sello del artista.

En chino “Montaña” y “Agua”, significan la extensión del paisaje, y la pintura paisajística se denomina pintura de montaña y agua. La montaña y el agua constituyen para los chinos, los dos polos de la naturaleza, están cargados de una fecunda significación, citemos un frase célebre de Confucio que dice: el hombre de corazón se encanta con la montaña, el hombre de entendimiento disfruta del agua. A los dos polos del universo corresponde por lo tanto, los dos polos de la sensibilidad humana.
Es sabido que la cultura China suele establecer ciertas correspondencias entre las virtudes de las cosas de la naturaleza y las virtudes humanas, así por ejemplo se le concede la condición de chün tzu que significa hombre superior a las orquídeas, bambúes, pino y ciruelos, por sus respectivas virtudes de gracia, rigor, juventud y noble belleza. No se trata de un simple simbolismo naturalista , pues lo que busca estas correspondencias es la comunión a través de la cual el hombre invierte la perspectiva interiorizando el mundo exterior.
Cuando se pintan grupos de montañas, árboles o rocas , significa retratar al hombre, no hablamos de su retrato físico, sino más bien el de su espíritu: su ritmo, su proceder, sus tormentos, sus contradicciones, sus temores, su alegría sosegada o exuberante, sus deseos secretos, sus sueños de infinito. La montaña y el agua no son puras metáforas, encarnan las leyes fundamentales del universo macro cósmico que mantiene vínculos orgánicos con el microcosmos que es el hombre. Al igual que el yang que contiene el ying y el ying contiene el yang, la montaña marcada por el yang, es virtualmente agua, el agua marcada por el ying, es virtualmente montaña.
La pintura china tiene su punto de partida en una filosofía fundamental que propone concepciones precisas de la cosmología, del destino humano y de la relación del hombre con el universo. En correspondencia con esta práctica filosófica la pintura entonces constituye una manera específica de vivir. Busca crear, -más que un marco de representación-, un lugar de percepción extrasensorial donde verdaderamente la vida sea posible, lo que significa que arte y arte de vivir son una misma cosa.
En esta óptica, el pensamiento estético chino considera siempre a lo bello en su relación con lo verdadero, así para juzgar el valor de una obra, la tradición distingue tres grados de excelencia: obra de talento acabado, obra de esencia maravillosa y obra de espíritu divino, por lo tanto el arte pictórico en China ocupa una de las manifestaciones más elevadas del genio creador del hombre.
Todas las teorías sobre la pintura China parten de la relación pincel – tinta. La tinta está asociada al pincel porque, aislada no es más que materia aparente a la que solo el pincel puede darle vida. El pincel para generar sustancia y forma, la tinta para fijar color y luz. La pincelada nos es una línea sin relieve, ni el simple contorno de las formas, su atención está como hemos dicho, en discernir el li “línea interna de las cosas”, así como los alientos que la animan, sobre esto dice Su Tun Po:
Montaña, roca, bambú, rizos de agua, nieblas y nubes, ninguna de estas formas de la naturaleza tiene forma fija, en cambio cada una tiene una línea interna constante. Ella debe guiar al espíritu del pintor.
El arte de la pincelada fue favorecido en China por la existencia de la caligrafía, en la pintura la ejecución de un cuadro es instantánea y rítmica. Con el arte de la caligrafía la formación de los ideogramas acostumbró a los chinos a percibir las cosas concretas a través de los rasgos esenciales que las caracteriza, su belleza plástica llegó a ser aprovechada por la pintura. Gracias a la caligrafía, la práctica de la pintura se hace de manera espontánea y sin retoques. El artista comienza a pintar solo cuando domina la visión y los detalles del mundo exterior. La ejecución instantánea y rítmica, se vuelve entonces proyección, a un tiempo de las figuras de lo real y del mundo interior del artista. Todos los pintores chinos han insistido en el hecho de que antes de pintar hay que saberse de memoria la naturaleza. Vuelve Su Tung Po a decirnos:
antes de pintar un bambú, el bambú tiene que crecer dentro de uno. Entonces el pincel en la mano, la mirada concentrada, la visión aparece de pronto ante los ojos ¡Atrapémosla cuanto antes con nuestra pincelada, porque puede desaparecer tan súbita como la liebre ante los pasos del cazador!
Los pintores chinos solían anotar sus observaciones y reflexiones acerca del arte pictórico y caligráfico, acerca de los árboles y las rocas, de las flores y los pájaros, de los paisajes y los hombres, a veces también de la intimidad de su vida creadora, entretejida de alegrías y tristezas: porque nunca se separaban el arte de la vida, el arte para ellos más que un modo de hacer, es uno modo de ser. Gracias al vacío, a lo siempre abierto, el artista transciende el mimetismo estéril, y percibe su propia creación como algo que participa cabalmente de la obra continuada de la creación.

Coordinadora de la plataforma online ARS SONORUS, dedicada a la Educación, investigación y divulgación de las Artes Contemporáneas y la Comunicación Visual, con 30 años de experiencia
Especialista en Comunicación Visual, Diseño Editorial, Magíster en Comunicación Audiovisual y Multimedia, Editora, Curadora, Artista Intermedia, Docente en Comunicación Universidad Minuto de Dios, Vive y trabaja en Bogotá.
Es muy sencillo y agradable de leer. Muy bueno